Aquel día (Lc 1, 26-38) cuando el ángel Gabriel estaba ante María le
dijo: “Has hallado gracia delante de Dios”, y ese día María respondió:
“He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.”
Aquel día (Lc 1,39-45), cuando Isabel oyó el saludo de María, saltó de
gozo el niño en su seno y quedando llena del Espíritu Santo exclamó:
"Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno",
reconociendo así que la madre del Señor estaba ante ella, y aquel día,
nuestra madre respondió: "Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se
alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la humildad de
su esclava, por eso desde ahora "todas" las generaciones me llamarán
bienaventurada" (Lc 1, 46-48)
Aquel día (Jn 2, 1-11), nuestra atenta madre, siempre pendiente de los
detalles de sus hijos, acude a Jesús y le pide su ayuda para aquellos
recién casados a los cuales se les había acabado el vino. Ese día,
nuestra madre pronuncia sus últimas palabras plasmadas en los evangelios
“Hagan lo que él les diga”, después de eso nuestra madre solo es
mencionada en los evangelios mientras guarda silencio, pero siempre
presente, siempre dando testimonio de amor a Dios, en el calvario, en
pentecostés, pero también guardando y meditando todo en su corazón, por
eso, aquel día, antes de su silencio, nuestra madre del cielo le regala a
todos sus hijos un gran consejo: “Hagan lo que él les diga”, frase que
necesitamos tener presente al leer la palabra de Dios, palabras que
debemos recordar para hablar con Dios y decirle: “¿Señor qué quieres que
haga?”, palabras que debemos meditar profundamente en nuestro corazón a
imitación de María y así reconocer la voz de nuestro Dios y no dejarnos
llevar por falsas doctrinas, ideologías, filosofías o corrientes del
pensamiento que nos pueden llevar a hacer cosas que están en contra de
lo que Jesús nos dice, palabras que debemos vivir, convirtiéndolas en
hechos y en realidades fundamentadas en la fe, la esperanza y el amor.
Nuestra madre en los evangelios nos regala un camino de santidad para
seguir a Jesús.
Al decirle “Sí” al Señor, ella se convierte en la primera cristiana. Al
decir “Sí”, entrega su vida con plena confianza, amor y esperanza en
Dios. Con su “Si”, nuestra madre abre su vida para que su esposo, el
Espíritu Santo obre en ella concibiendo a nuestro salvador. Nuestra
madre con su “Si” cargado de gran humildad y deseo de servir, se
convierte en la primera cantora del nuevo testamento cuando proclamando
la grandeza del Señor, su espíritu se alegra en Dios nuestro Salvador,
reconociendo su poder y su infinita misericordia.
Hermanos: Alegrémonos como Isabel de tener cerca de nosotros siempre a
nuestra santísima madre la Virgen María, porque ella llega a nuestras
vidas con Jesús, nos lleva a Jesús y nos aconseja diciendo una y otra
vez: “Hagan lo que él les diga”.
Recibámosla con la reverencia con que la recibe Isabel, reconociéndonos
frágiles, pecadores, débiles, necesitados del Señor, pues como Isabel,
también podemos decir: ¿Cómo he merecido yo que venga a mi la madre de
mi Señor?
He aquí un esclavo más del Señor, hágase su voluntad.
A Jesús por María.
Totus Tuus
Johan Gregori Parilli Paz
18/01/2021
---------------------------------------
---------------------------------------
Voces:
- Isbel Pérez
- Johann Cristian Parilli Dominguez
- Johan Parilli
Letra y Música:
Un siervo inútil
En el siguiente enlace pueden descargar y compartir libremente la
composición:
https://www.safecreative.org/work/2101236682546-madre-del-cielo
Formación Musical diaria por Télegram t.me/ministeriodemusica
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias de antemano por tus comentarios. Que Dios te bendiga